sábado, 24 de noviembre de 2012

La labor del educador social

La labor del educador social se puede llevar a cabo en ámbitos y contextos diferentes, por lo que el trabajo que realiza el educador puede variar mucho según el puesto que ocupa.

Algunos de los ámbitos de trabajo del educador social son la atención a la infancia y adolescencia en situación de riesgo social, la educación en centros de justicia para menores o prisiones, la elaboración de programas de educación en el ocio o de animación sociocultural, la formación y la inserción laboral de personas adultas o la animación y dinamización de residencias y equipamientos para personas de la tercera edad.

También pueden responsabilizarse de la gestión de equipamientos sociales y culturales o de la planificación de programas de intervención socioeducativa para la inserción de colectivos con necesidades específicas (mujeres, inmigrantes, personas con disminución, drogadictos, minorías étnicas...).

Las salidas profesionales del educador social se encuentran tanto en el sector público como privado y también en el denominado "sector social", es decir, asociaciones y entidades sin ánimo de lucro. Es habitual, también, que los educadores sociales trabajen de forma autónoma o a través de cooperativas de trabajadores.

Esta profesión, por su relación directa con la realidad social, exige un alto grado de dinamismo y capacidad de adaptación a los cambios ya que los ámbitos de trabajo evolucionan de acuerdo con las necesidades y las demandas sociales emergentes. En este sentido, el aumento de la esperanza de vida hace que se precisen más educadores especializados en personas mayores.

"Bullying", acoso escolar

Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Desgraciadamente, esta palabra está de moda debido a los innumerables casos de persecución y de agresiones que se están detectando en las escuelas y colegios, y que están llevando a muchos escolares a vivir situaciones verdaderamente aterradoras.
El bullyng se refiere a todas las formas de actitudes agresivas, intencionadas y repetidas, que ocurren sin motivación evidente, adoptadas por uno o más estudiantes contra otro u otros. La persona que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de constantes amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años. La víctima sufre callada en la mayoría de los casos. El maltrato intimidatorio le hace sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto que, en algunos casos, puede llevarle a consecuencias devastadoras como el suicidio.